Historia y referencias cronológicas sobre las islas

Por Marcelo C. Tarapow (*)

Son varios los hechos sobre los cuales la República Argentina basa sus derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Paul François Groussac, un notable francés radicado en Argentina, publicó una magnífica obra titulada precisamente «Iles Malouines» (1) en la que detalla la historia de las islas, referencias cronológicas sobre las expediciones y, especialmente, sobre los asentamientos en dicho archipiélago, de los cuales el primero fue de origen francés.

Acerca del descubrimiento, como sucede con otras tierras, se sostienen diferentes versiones sobre quién tuvo el privilegio de ser el primero en avistar las Islas Malvinas. Muchos historiadores coinciden en que dicho hecho ocurrió durante las expediciones de Américo de Vespucio en 1502 o en la que fue liderada por el Obispo de Plasencia, en febrero de 1540 (2), cuando se arribó y documentó en mapas con bastante precisión el hallazgo de un grupo de islas hasta entonces desconocidas para la urbe.

En cuanto al establecimiento en las islas, podemos sostener con documentos, sin dejar el mínimo espacio a ninguna duda, que fueron los franceses los primeros en enviar una expedición con el fin de construir un asentamiento permanente. Cuenta Laurio Destefani: «Luis Antonio de Bougainville, nacido en París en 1729, diplomático y marino destacado, logró convencer al Duque de Choiseul, Ministro de Guerra y Marina de Luis XV para realizar la colonización de las Malvinas». (3)

Esta expedición, integrada por la fragata L’Aigle y la corbeta Le Sphinx, zarpó del puerto de Saint Malo, al norte de Francia el 8 de septiembre de 1763 y arribó a las Malvinas el 31 de enero del año siguiente. El mismo Destefani nos cuenta que el 2 de febrero desembarcaron en una amplia bahía, al noroeste de la Malvina Oriental, a la que llamaron Bahía Francesa o del Este, más tarde denominada por los españoles como Bahía Anunciación y como Berkeley Sounds por los ingleses.

A comienzos de marzo construyeron un fuerte y otras edificaciones las que constituyeron los asentamientos de la población francesa inaugurada el 5 de abril bajo el nombre de Saint Louis, en honor a su monarca, Luis XV, «El bien amado», contando con una población estable de 29 colonos, provenientes como ya dijimos de Saint Malo.

El 8 de abril de 1764 Bougainville inició su segunda expedición con rumbo a Saint Malo, que se convirtió en el puerto de abastecimientos logísticos y donde se embarcarían más colonos voluntarios para ampliar la población de Fuerte Saint Louis con unas 130 nuevas almas, quienes arribaron a su nuevo hogar a comienzos de 1765. Ante la carencia de árboles en las islas, Bougainville decidió hacer una corta expedición hacia la Patagonia con este fin prioritario, regresando en marzo.

Luego de una corta estadía, se realizó un nuevo repliegue hacia Saint Malò con el objeto de concretar una tercera expedición, la que finalmente partió de allí en septiembre de 1765. Finalizado el reaprovisionamiento del asentamiento francés, las naves volvieron a realizar un viaje logístico hacia el estrecho de Magallanes entre mayo y junio de 1766, también con el objetivo de llevar madera para la ampliación de las construcciones existentes.

Recién casi un año después del establecimiento frances mencionado precedentemente, el 15 de enero de 1765, una expedición constituida por tres navíos (Dolphin, Tamar y Florida), proveniente de Inglaterra y al mando del Comodoro de Marina John Byron, desembarcó en la isla Trinidad, un islote de la isla Gran Malvina. Denominaron su lugar de desembarco como Puerto Egmont -en honor al Primer Lord del Almirantazgo y Segundo Conde de Egmont-, tomando posesión bajo el nombre de Falkland Islands, e ignorando la presencia que les antecedía de los franceses en la isla vecina (4).

Anverso de la medalla francesa depositada en el obelisco fundacional de Fuerte Saint Louis.
Reverso de la medalla francesa alegórica.

Más tarde, en septiembre de 1765, el Reino de España reclamó ante Francia por la ocupación de las «Iles Malouines», nombre con que se las conocía en referencia a que el gentilicio de sus primeros colonos y habitantes permanentes era «malouin/malouines» (masculino y femenino respectivamente), ya que como recordamos, provenían de Saint Malo. Luis XV reconoció el derecho español preexistente y fueron devueltas, aunque se solicitó una indemnización para Bougainville, quien había solventado con fondos propios la construcción de sus dos buques y gran parte de las tres expediciones.

Podemos coincidir que, en la concepción política de Francia de la época, era preferible que las islas Malouines fueran reconocidas a la soberanía de España, y no que los ingleses establecieran una colonia en esas latitudes y lograran el dominio o proyección, desde allí a otras tierras del Pacífico y del Indico. España asumió el control de Saint Louis y lo luego lo llamó Puerto Soledad.

El reconocimiento de Francia de la soberanía de España sobre este archipiélago es un relevante antecedente dentro del derecho internacional en favor de nuestros derechos sucesorios del Virreinato del Río de la Plata, junto a las bulas papales y lo establecido en el Tratado de Tordesillas (1494).

Por Real Cédula del 4 de octubre de 1766, Puerto Soledad pasó a depender de la Capitanía General de Buenos Aires, designándose gobernador a Don Felipe Ruiz Puente.

Los franceses nos legaron una impresionante variedad de documentos fundacionales y mapas que describen las «Iles Malouines», la mayoría de ellos pertenecen al siglo XVIII y poseen un exquisito detalle de los principales accidentes geográficos. Rafael H. Saiegh realizó una profusa investigación al respecto, llevándolo a indagar varios de los archivos más importantes del mundo, publicando el compendio de sus hallazgos en lo que constituye el libro más completo de los contenidos que documentan la relación entre Francia y las Islas Malvinas. (5)

En el Museo Mitre, gracias al accionar del gobernador argentino de Malvinas, Luis Vernet (6), existe la placa original colocada en el mástil principal de la fortaleza de Saint Louis, con los nombres de los fundadores y otras ilustraciones, testimonio indiscutible de la temprana colonización francesa, siempre anterior a la invasión inglesa.

Las distintas generaciones de pobladores de Saint Malo se han encargado de mantener viva esta historia, la que perdura hasta nuestros días y que hemos podido cotejar con la población actual. El 2 de agosto de este año, el Buque Escuela de la Armada Argentina Fragata Libertad tenía previsto hacer escala en Saint Malo, mientras realiza su viaje de instrucción 50, al cumplirse cuarenta años del conflicto por nuestras Islas Malvinas en 1982.

(*) Contraalmirante. Director General de Educación Armada Argentina.

Las imágenes utilizadas para ilustrar esta nota son gentileza de la Dra. Gisela Martínez Casado, autora del libro «Malvinas, nuestro legado francés», quien ha realizado personalmente una investigación sobre este tema.

Aclaraciones

1 ) La primera edición de este libro se publicó en 1910. En 1936 fue traducido al español, en cumplimiento de la ley de 1934 impulsada oportunamente por Alfredo Palacios.

2 ) Para esa época, en realidad ya se contaba con el mapa específico de Malvinas realizado en 1520 por Andrés de San Martín, de la Expedición Magallanes. Esta se supone que es la expedición descubridora, habiendo dudas sobre la de Américo Vespucio, por la veracidad de las «Lettera».

3 ) Stefani, Laurio H., «Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, ante el conflicto con Gran Bretaña». Página 53. Buenos Aires, Argentina, 1982.

4 ) En 1749, por ejemplo, el Reino Unido había reconocido la soberanía española en toda la región y a las islas en particular.

5 ) Saiegh,Rafael H., «Francia en las Islas Malvinas». Página 406. Emecé, Buenos Aires, Argentina, 2005.

6 ) Una de las hijas de Luis Vernet, nacidas en las islas, fue bautizada con el nombre de Malvina.

FUENTE: El Litoral

Las ideas y opiniones expresadas en las publicaciones del Observatorio Malvinas son las de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista del Grupo de Estudios sobre Malvinas